Peace Boat, el barco

Posted on 17/07/2011

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¿Cuál es el propósito del barco? En sus principios solía ser más activista, pero ahora cumple un rol de concientización social para el mundo, pero más que nada para los pasajeros que se suben al barco. La idea es exponerlos a multiculturalismo y diversidad de ideas en un ambiente de respeto, promoviendo así el conociemiento de diferentes culturas y la paz entre todas las nacionalidades.

Los participantes que suben, según nos contaron los coordinadores, son, la mayoría, japoneses de entre 20 a 30 años y de 50 para arriba, o sea jóvenes que recién terminan la universidad y quieren ver el mundo antes de empezar a trabajar y ancianos que han ahorrado por mucho tiempo para regalarse a sí mismos uno crucero diferente, y humanos que sienten que no encajar en la sociedad japonesa por sus ideales y suben en busca de algo.

¿Cuál es el papel de los profesores voluntarios? El barco provee las clases de inglés y español como programa opcional, así que se anotan los que quieren y tienen que pagar una cuota extra. Muchos de ellos se ponían nerviosos al hablar con un extranjero o nunca tuvieron la oportunidad de tener contacto con uno. Es nuestro deber incentivarlos a aprender el idioma de una forma comunicativa y divertida, contrastando con la forma educativa rígida que exite dentro de Japón, y exponerlos a un ambiente multicultural.

Además de las clases, en el barco se realizarán las siguientes actividades que, uyh, ya con mencionarlas me entusiasman un montón:

– discursos de expertos invitados en temas específicos como problemas ecológicos, derechos de la mujer, la educación y la escuela de Montessori, la pobreza, etc.

– eventos organizados por los participantes y voluntarios sobre, literalmente, lo que sea, o sea bailes, cultura, intereses, etc. Por ahora, los profes tenemos ganas de hacer una disco en silencio donde todos bailen con su propia música y sus audífonos, una sesión de cómo viajar de mochilero por el mundo y qué es ser vegetariano, un grupo de temas de mujeres, y yo… estoy pensando hacer una charla del tema de tráfico de humanos con una intérprete que es de padre hawaiiano y madre japonesa, y una actividad para gritarle al mar lo que uno quiera. Ah, y también presentaré a la Argentina, el mate y el tango.

El barco, además de funcionar como una universidad donde todo el potencial y los intereses de los 850 participantes y 50 trabajadores voluntarios son exprimidos para contagiarnos mutuamente de energía y visión, también transporta donaciones y regalos a los puertos que visitamos. Esto quiere decir que generalmente se llevan pelotas de fútbol para regalarle a los chicos, por ejemplo.

Al llegar a cada puerto, los pasajeros del barco pueden elegir pasear por su cuenta o participar de las actividades de intercambio cultural con organizaciones o grupos locales. En Vietnam, es usual que se realice un gran evento en el cual cada pasajero cuenta con la compañía de un sobreviviente de la guerra, quien será su guía turística durante todo el día. De la mano, sin intérprete, van a conocer la ciudad. Después de un día, la amistad formada suele dejar a muchos pasajeros emocionados y conmovidos. Es increíble lo que una conexión humana puede generar.

Todavía no empezó el viaje y ya me siento en un cuento mágico. Como nos dijeron en el curso de entrenamiento que se llevó a cabo en Tokio: esto es sólo la punta del iceberg, el 90 por ciento todavía está bajo el agua y lo viviremos en el barco. ¡Wow!