Tomando té en el País de las Maravillas

Posted on 23/12/2011

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Después de saltar por Europa, nos quedamos con las ansias de seguir visitando nuevos lugares. Sin embargo, teníamos que volver a la vida en el mar y navegar 9 días para ver tierra. ¿Cómo matar el tiempo de espera? Con todo lo mejor que se nos ocurrió: divirtiéndonos.

En mi equipo encontré otra aficionada del té: mi hermana japonesa-sueca Monica. Coleccionista de tés extravagantes (sí, hablo de sabores como Noche de Películas, el cual incluía palomitas de maíz) y amante de estar acurrucada con una manta en cualquier rincón que invite a la comodidad, con Moni organizamos una tarde de Té en el País de las Maravillas, en honor a Alicia.

Aprovechando que el frío del norte nos seguía acompañando, la primera actividad de la reunión fue juntarse en grupos y adivinar que tipos de té ofrecíamos las anfitrionas.

Las mesas discutían seriamente, no sobre política, sino sobre té.

Tomaban intensa y repetidamente sus infusiones, y se acercaban a sacarnos pistas.

Moni sabía todos los secretos, pero no revelaba ninguno.

La curiosidad se sumergía en el silencio y el paisaje era de humanos bebiendo una vaso tras otro, no de alcohol, sino de té. Salud para el cuerpo y para la mente.

Fue una tarde con aromas interesantes. Una ronda de té siempre es nutritiva para el alma. Produce sonrisas y entabla relaciones.

Posted in: América, Asia